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Alberdi cumplió 128 y JAF dijo presente

21/07/2022

El aniversario de Alberdi fue la ocasión perfecta para que se sumaran en el escenario figuras representativas de todos los géneros. Desde el folklore hasta el rap, y por supuesto el rock en sus diferentes variantes. Padre e hija –Juan Antonio Ferreyra y Virginia- nos acompañaron, cada uno en su momento. Ella con canciones antológicas de todos los tiempos en inglés, que  coreábamos aunque fuera con un “lalala”. Una personalidad electrizante como su música. Y luego fue su papá quien se presentó, con sus temas de siempre y los otros, pero conservando su esencia rockera y pop en una sabia mezcla. Un rato antes, charló con nosotros:
-Primero que nada, quiero que sepan que estoy muy agradecido por la invitación que me hicieron para venir a Alberdi, aunque ya había estado, hace unos cuantos años. Me da mucho placer venir a estos lugares, estas localidades que están como al margen de la locura de las grandes ciudades, de la contaminación.
- La naturaleza y sus componentes, aire, agua, montañas, cielo,  me despiertan un amor muy especial. Soy consciente que nos precedieron en la historia, y que luego del ratito que estemos en esta tierra, ellos seguirán estando. Y si bien toco la guitarra eléctrica, que necesita de muchos componentes electrónicos y eléctricos fabricados por el hombre, sigo siendo una persona de carne y hueso, y me siento mucho más ligado a lo natural que  lo artificial. Así que cuando salgo de Capital y vengo a estos lugares lo disfruto mucho. Encima llego y todos me dicen “bienvenido”, cuando el honrado soy yo. 
-Cuando compongo trato de expresar lo que siento y pienso profundamente, y cuando canto hago exactamente lo mismo. Lo que quiero es que mis interlocutores me capten, y dentro de lo que son las preferencias entiendan los sentimientos universales
-Con respecto a mi hija Virginia, ella mamó la música como todos los hijos hacen lo mismo en otros hogares con respecto a las situaciones de cada familia: si hay alegría, si hay ruido, si se cocina, si se pinta, los pibes aprenden eso. Y Virginia, que ahora tiene 27, empezó a escuchar Deep Purple desde que nació. Creció con eso.  También aprendió mucho de su madre Gabriela, a manejarse con un trato amable y cálido con las personas. Eso la ha convertido en una persona maravillosa, dentro del escenario y fuera, porque uno en realidad tiene la guitarra colgada del hombro un ratito, y el resto del tiempo es la persona que se formó en tal o cual realidad.
-Yo me ajusto el cincho con ella en el escenario, porque canta mucho mejor que yo. Yo canto normalito, pero ella es más afinada. Tiene una energía muy particular: cuando alguien la conoce o se encuentra de casualidad con ella, inmediatamente se sonríe. 
-El repertorio lo armamos sobre la marcha. Hay canciones que fueron muy conocidas en mi  carrera, y obviamente son las que más me piden en eventos como este. Y por supuesto que las canto. Por ejemplo “Maravillosa esta noche” se grabó hace 32 años, la mitad de mi vida, la debo haber cantado unas 12000 veces, entre actuaciones, grabaciones, tele, radio, etc. Y no me cansé de cantarla, porque es un nexo importante que tengo con el público. Me pasa que alguien me dice: “mi hija, que hoy tiene treinta y pico, entró a su fiesta de quince con Maravillosa esta noche”… ¿cómo negarme a cantarla para que esa familia reviva un recuerdo tan querido? Es muy gratificante para uno como músico y como persona.
-Los músicos que me acompañan lo hacen hace más de 40 años, así que somos un equipo que nos hacemos el aguante desde toda la vida. Esperamos brindar un show que les guste a todos.
Y así fue. Un verdadero clásico que gustó a todos. Gracias a quienes gestionaron el espectáculo, brindando la posibilidad de disfrutar música de la buena.


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