Una de las figuras que brilló también en el escenario fue el animador. Con mucha prestancia, y el poncho blanco de Cosquín al hombro, fue alternando sus apariciones y manteniendo al público con la atención puesta en el escenario. Un profesional del tema, don “Pipulo” Juárez, que tuvo unos minutos para hablar con nosotros:

“Es la primera vez que vengo a la Fiesta del Caballo. Yo vivo de esto, de animar festivales, así que todos los fines de semana ando por algún lugar distinto. Después y antes de Cosquín andamos con todos los festivales importantes en todo el país”.

"Me llegó la invitación a través de Rubén (Ghio) que me convocó para acercarme este año, así que gustoso de poder aquí”.

“Estoy sorprendido con este lugar, y con la iniciativa que tomaron de volver a darle esta dimensión a la Fiesta, acá se pueden hacer muchas actividades. Se ve que la gente ha respondido muy bien, porque desde temprano veo muchas familias, eso me pone muy contento porque es precisamente ahí, en la familia, donde se cimentan las tradiciones”.

“Soy oriundo de Cosquín, de la Capital Nacional del Folklore, y soy el libretista y maestro de ceremonias del Festival. Más allá del programa radial que tengo hace 35 años, ando siempre recorriendo las fiestas populares”.

“Mi familia es mi apoyo y me acompaña mucho en esta tarea. Se nos ve con mucha gente acá, pero en realidad estamos solos, así que tener una familia que te contenga es muy importante”.

“Además de hacer esto de las animaciones, que me encanta, escribo. Los libretos del Festival de Cosquín y tengo también tres libros publicados, y tengo otro para terminar, “Historias bajo el poncho”, donde recopilo vivencias de los festivales”.

“Me alegra mucho estar acá. Los invito a todos al Festival de Cosquín. Si ya fue, no se olvide que puede volver, Cosquín es el lugar. Y si no fue, recuerde que es el punto donde todos los argentinos se reúnen. Les dejo un abrazo celeste y blanco”.

Lo que se dice un capo.