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Colonia Alberdi cumplió 133 años: una comunidad que sigue activa
La tarde presagiaba viento y frío. Y así fue, de afuera nomás. Porque la calidez y calidad de su gente hicieron que los festejos cambiaran el clima.
Los actos conmemorativos fueron frente a la Delegación local.
Primero, los chicos. Una ronda con cintas entreveradas de los peques del Jardín 903 nos arrancaron la primera sonrisa. A su ritmo, haciendo caras, riéndose y jugando, terminaron su performance con un “Te amo” para su pueblo. Después siguió la primaria con una interpretación musical de xilofones, acompañados por su profe Nicolás Silva que los “ordenaba” con sólo una mirada. Como corresponde, la secundaria hizo su aparición leyendo un texto que fue lindísimo, tanto como las “tentaciones” de las chicas que equivocaban su alternancia en la lectura. Adolescencia pura.
Hablaron luego las autoridades del pueblo, y también por supuesto el intendente municipal Carlos Ferraris, con varios anuncios de obras y proyectos para la localidad que arrancaron aplausos a cada minuto:
-El mejorado para el Camino de las Luces, más que necesario para los que se trasladan diariamente –o sea, casi todos- de Colonia a Alberdi y viceversa.
-No menos importante, la entrega de netbooks a los alumnos de 1°, 2° y 3° año del secundario, elemento imprescindible para dar calidad a la tarea de educar y aprender.
-Y la “frutilla del postre”, la cesión por parte del municipio de un terreno para instalar una Usina Láctea, donde se podrá industrializar la producción lechera de Colonia y otras localidades cercanas. Allí se pasteurizará y ensachetará o embotellará la leche, con lo cual se obtendrá un producto a la altura de los requerimientos del mercado, y podremos comprarlo en negocios del distrito a un precio preferencial.
Después de eso, como en todo cumpleaños, la torta, las velitas que no fueron 133 porque si no los bomberos presentes hubieran tenido que trabajar. No hizo falta de todos modos, el viento se encargó de apagar hasta las bengalas.
Y ahí arrancó la música, desde el escenario montado ahí nomás.
El payador alberdino Juan Pablo Román aportó su capacidad de poner en música palabras sentidas e improvisadas, con una facilidad y picardía envidiables.
Después, Miguel Carrera en guitarra, acompañado por Adrián Zaconi en bombo nos hicieron recorrer diversos ritmos folklóricos, con ganas y calidad. Gatos, chacareras y zambas se turnaban haciéndonos, como se suele decir, “mover las tabas” (el frío también colaboraba con tanta danza, pero valió la pena). La gente pidió “otra” y fueron varias más.
Y cerraron los muchachos de la Milonga Tunga Tunga de Junín, que aportaron los ritmos de salsa, cumbia, reggaetón y demás, y ahí sí se bailó, levantando polvareda a morir.
Nosotros nos volvimos a Vedia, pero con ganas de quedarnos. Colonia es maravillosa, y ni qué hablar de su gente. ¡Feliz cumpleaños!