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Guerra de Malvinas: la voz de los veteranos en combate
El Aero Club presentó el sábado 2 de Abril un espectáculo fuera de serie. Hubo saltos, como suele suceder, pero esta vez con un ingrediente extra: fueron los propios veteranos quienes se lanzaron en paracaídas, portando además una enorme bandera con la imagen de nuestras islas.
Había muchísima gente, que se emocionó, filmó, sacó fotos, y fue realmente una tarde diferente.
Por suerte, pudimos registrar las vivencias de dos de los veteranos que vivieron en carne propia la dureza de la batalla.
Primero escuchamos la palabra del Capitán de Ejército Vercesi, “Tano” para quienes lo conocen:
-Soy paracaidista del Ejército y Comando. El Ejército tiene distintas ramas, se puede elegir montaña, paracaídas o comando dentro de su ámbito. Para el año 82 yo había adquirido esas tres aptitudes, y llevaba ya once años de entrenamiento. Cuando llegamos a las islas éramos todos voluntarios, fue el 27 de mayo, ya habían desembarcado los ingleses. Al día siguiente mi sección de asalto recibió la primera misión, que era infiltrarse detrás de las líneas inglesas, tomar la montaña más alta de la Isla Soledad y transmitir información sobre los desplazamientos británicos. Logramos hacerlo con dos helicópteros, y nos refugiamos en la colina Top Malo House. A los dos días nos ubican los ingleses, y entramos en combate el 31, nos superaban en número pero les presentamos batalla. Luego de 35 minutos de combate prácticamente cuerpo a cuerpo, perdimos toda la munición, y tenía el 70% de mi gente herida, con gran pérdida de sangre. Al fin, ordené el alto el fuego y nos entregamos.
-Lo más doloroso de todo es haber perdido a mi gente. Hubo dos muertos. Sigo en contacto con todos ellos, a tal punto que el hijo de uno de ellos se casó con una de mis hijas, y de ese matrimonio tengo mi primera nieta, que también es nieta de mi sargento. Esa conexión ha disminuido bastante el peso de mi mochila.
-Como militar, no me arrepiento de nada. Fui como voluntario, y como soldado estoy formado para la guerra y eso hice. Lamentablemente, me he sentido más respetado y mejor tratado por el enemigo que por mi propia gente.
-Rodríguez es mejor que yo, él se infiltró y no lo detectaron. Caminaban de noche, se enmascaraban de día; recuerda que vio helicópteros alrededor y no los podían verlos porque estaban bien camuflados.
El “Perro” Rodríguez, suboficial de la Fuerza Aérea, también dio su testimonio:
-En la Fuerza Aérea el Grupo de Operaciones Especiales se crea en el año 80. Por lo tanto, cuando llega la toma de las Malvinas fue nuestro bautismo de fuego. Nosotros, al igual que el Tano, teníamos la misión de infiltrarnos en las líneas enemigas y darle información de las posiciones británicas al puesto comando de Puerto Argentino. Luego, con esos datos, se bombardeaba a la noche en el mismo lugar donde nosotros estábamos, por lo que debíamos cubrirnos de nuestro propio fuego. La temperatura media era de -15°, caminábamos de noche para no ser detectados, y nos ocultábamos de día. Sentíamos los helicópteros que nos buscaban a 20 m de altura.
-Estoy orgulloso y honrado de haber servido a mi patria.
Por último, pero no menos importante, el intendente Ferraris expresó sus palabras de reconocimiento:
-Quiero agradecer la presencia de ustedes hoy. Por una cuestión de edad –nací en el mismo año de la guerra- no lo viví, pero es de todos modos una causa que nos llega al corazón. MI madre siempre contaba que mi padre quería presentarse como voluntario, y ella renegaba porque no la dejara sola con tres hijos y uno en camino. Luego, en la escuela, fuimos aprendiendo la historia. No hace falta vivirlo para entenderlo, y luchar para que la memoria no se pierda. Es nuestra responsabilidad ahora. Ustedes tuvieron una tarea inmensa, la de estar allá, y nosotros la de no dejar que se olvide. De todos modos, nada supera lo que se vivió en ese momento, por lo cual les estamos eternamente agradecidos.