El cielo de esa tarde fresquita acompañó con claros y nublados, que de a ratos formaban una bandera, para los románticos que nos acordamos de su creación. 
Mucha, pero mucha gente se dio cita para celebrar estas bodas de plata con la educación, con la vocación, con el servicio de este Jardín que es el corazón del Barrio “El humo”.
Había autoridades educativas, funcionarios, concejales, docentes, alumnos que esperaban ansiosos su participación, ex alumnos que se reunían para recordar anécdotas y momentos vividos en esa bendita tierra de la primera infancia. Los familiares y vecinos también festejaban un logro en común, con el orgullo de verlo concretado.
Las maestras Laura Quintana y Mariana Alarcón oficiaron de locutoras, con claridad y precisión.
Como para ir preparando el ambiente, Mana Pagella, guitarrero y cantor, y además papá de una alumna de la institución, nos entretuvo con  tres canciones del entrañable Nahuel Penisi, que fueron aplaudidas a full.
Siguieron las salutaciones de aquellos que por diferentes motivos no pudieron estar presentes, como el ex intendente y actual Diputado Provincial Alberto Conocchiari, y el ex diputado Carlos Miguel Díaz, al igual que otras instituciones amigas.
Las banderas del Jardín fueron izadas por alumnos, ex alumnos docentes y autoridades. Y a continuación se develaron placas recordatorias, que recibieron la bendición sacerdotal del Padre Daniel.
Al ritmo conocido, entraron las “banderas idolatradas” de las distintas escuelas.
Un hermosísimo intermedio musical nos retrotrajo a todos a las inolvidables canciones de María Elena Walsh en la voz de Silvina Mora, que nos invitó a tomar el té, a ver cómo era el reino del revés y a cantarlas con ella. Una enorme colaboradora del Jardín desde siempre.
El Himno Nacional tuvo una cuota de emoción extra: los chiquitos del Jardín lo “cantaron” con lenguaje de señas, dando una lección de inclusión y amor.
Y tomó la palabra la Directora de la institución, Silvana Arce, quien resaltó la alegría de celebrar  25 años, con una doble mirada, hacia el pasado pero también proyectándose al futuro: “Esta es una institución en transformación, sosteniendo a las infancias, que hace que se nos ensanche el corazón por lo vivido y compartido”. Cerró su alocución con la lectura del bellísimo poema de Elsa Borneman “Puentes”
Le tocó el turno a la docente Lidia Mangas, quien recordó con enorme cariño la etapa de su paso por el Jardín, y la satisfacción de ver los progresos concretados. Reseñó momentos donde la solidaridad de los vecinos fue el puntal que les permitió seguir adelante, y se dirigió finalmente a “sus” pichones de la primera promoción con un saludo recordado por todos: “¡Buenas tardes, chiquitos!” que ellos desde el público contestaron a coro.
Hubo también un reconocimiento especial  al Sr. Roberto Astrólogo, quien donó el terreno donde se levantó la institución. Sus familiares lo recibieron orgullosos.
El Intendente Ferraris se dirigió a los presentes a continuación, resaltando el valor de la educación como pilar de la sociedad:
“En los relatos que escuchamos se  percibe el esfuerzo de toda una comunidad que luchó para que este Jardín fuera una realidad. La necesidad de tener en el barrio una institución que recibiera a sus hijos hizo que se unieran en la iniciativa”
“Hay que tener en cuenta además las decisiones políticas que se juntaron. Los jardines no se prometen, se hacen, se ponen en marcha, se los acompaña en su crecimiento. Así sucedió con el 908. Y luego llegó el cordón cuneta, el pavimento, la biblioteca. Se añadieron nuevos cargos con el desdoblamiento de turnos, más horas de clases especiales”
“Esta es la educación pública. Y hay que acompañarla en su crecimiento, utilizando las herramientas que la política nos permite, con una mirada progresista. En algunos momentos de la historia reciente, fue vapuleada y criticada por los dirigentes, cuando hablaban de “caer en la educación pública” como si fuera algo malo. Y también hemos escuchado que se menciona que la educación pública no debería ser un derecho de todos, sino que habría que arancelarla, hablan de “vouchers educativos”, un disparate”
“Por acá pasan nuestros hijos. Y hay que luchar porque la educación tenga mayor presupuesto, y cada día nuestras instituciones estén mejor. Lo tenemos que entender desde lo colectivo, porque en este caso todo el barrio se unió, no importaba si cada uno tenía chicos para ir al Jardín, era una necesidad de todos, y esas son las luchas que hay que pelear”
“Hay que defender los 25 años de este Jardín para que sean muchos más. Hubo gente que donó un terreno, que trabajó ad honorem. Hay que felicitar a todos. Y también por este acto, que salió de maravilla. Los chicos están contentos, todo perfecto, la decoración, las intervenciones, las palabras. Disfruten este momento, que es único”
Se leyeron declaraciones de beneplácito por el aniversario de parte del Concejo Deliberante y la Cámara de Diputados. La Consejera Nacional de Educación Natalia Quintana entregó un reconocimiento a la directora del Jardín. Y luego, las autoridades educativas ofrecieron recordatorios a las ex inspectoras, directoras, secretarias de asuntos docentes y miembros de las cooperadoras. Y en tren de seguir agradeciendo, los docentes actuales celebraron a los ex docentes y ex auxiliares, sumando también a los ex alumnos de la primera promoción egresante, la de 1998.
El cierre del acto tuvo las emocionadas palabras de la Inspectora Regional Florencia Ratto, quien comenzó trayendo el saludo del Director General de Cultura y Educación Alberto Sileoni. Destacó luego la realidad de un Estado presente cuando se abre un nuevo jardín, además de la inapreciable colaboración de la gente: “El Jardín creció tanto gracias a la gente. Lo importante es que alguien donó un terreno, que alguien vino a limpiar cuando no había portero, que alguien formó una cooperadora activa, que el municipio, la provincia y la nación acompañaron”
“Ese olorcito a pintura fresca que todos recuerdan hoy también está. Nuestra responsabilidad como funcionarios es que de algún modo “la pintura siga fresca”. Que se actualicen contenidos y prácticas docentes, que la enseñanza siga viva, como la emoción y alegría que se percibe de todos los que están aquí”
Ciertamente, todos los presentes lagrimeábamos un poco. Y no es menos verdadero que cuando tanta gente se une para un fin comunitario, son imparables. Esa es la fuerza de nuestro pueblo, siempre tirando para adelante. Gracias Jardín.