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La Fiesta del Caballo te espera
Todos los años se festeja, pero este es un festejo especial. No sólo por el tiempo de la pandemia, que nos tuvo suspendidos en un clima de aislamiento y confusión, sino porque estamos cumpliendo veinte años.
Veinte años de caballos luciéndose en la pista con sus jinetes, de mozas y caballeros vestidos de época en carruajes desfilando, de entreveros de tropillas, de juegos de riendas, de cantinas repartiendo exquisiteces y juntando dinero para las distintas instituciones, de shows artísticos con artistas locales, regionales y nacionales. De reencuentros, de regresos de los que aprovechan la fecha para volver al pago, de chicos corriendo con molinetes o globos en mano, de muuuucho mate compartido en sillas y reposeras, de pastito por todas partes. Hasta –seguramente- de romances que nacieron y todavía perduran, o son un buen recuerdo. De identidad del distrito, que año a año nos coloca en el mapa y hace que muchísima gente se dé cita para homenajear a quien le dio vida al nacimiento y desarrollo de la región, el caballo argentino, con esa mezcla de sangres que le dan un porte inimitable, y la capacidad de ser bello y eficiente a la vez.
El sábado a las diez de la mañana se comienza precisamente ahí, donde está una de las estatuas más lindas del país. El Monumento al Caballo será el punto de reunión, y el acto inaugural de la fiesta. De ahí, todos al predio, a abrir las actividades de destreza. Cuando la pista se despeja, arranca el show, con artistas locales, y visitas con mucha pila, La Fiesta y Migrantes. Y ahí, hasta que las velas no ardan o nos desalojen a escobazos.
El domingo arranca con el desfile por las calles de la ciudad, luciendo carrozas y caballos bien plantados, que te miran como para la foto. Y en el predio, más caballos, con más destrezas, y con algunas novedades, como la escuadra ecuestre montando del lado bueno, y carreras de sortija. Y en el escenario, sigue el show. El Ballet Distrital, que ya nos tiene acostumbrados a su originalidad y plasticidad, seguido por Guillermo Fernández, con una voz que llega al fin del mundo con su potencia y calidad. Las cantinas siguen trabajando, repartiendo bebida y comida para que la gente esté bien atendida. Y el Peteco Carabajal, que nos llena de chacareras y nos lleva a la ternura y la tradición con sus letras. Y antes del cierre, el sorteo del auto 0km, que no es poco. Alguien gritará de felicidad, otros diremos “será otra vez”, y habrá más premios también. El cierre, a pura alegría, con Los auténticos decadentes, una verdadera banda en todo el sentido del término.
Con todo lo que les acabamos de contar, ¿cómo no venirse? ¡Los estaremos esperando!