El sábado, la lluvia fue el visitante inesperado. Los organizadores esperaron todo lo que pudieron, pero finalmente hubo que trasladarla al domingo.

Y el domingo brilló con todo. Como una compensación por la demora, el tiempo acompañó y la fiesta salió “recargada”.

Muchísima gente. Mateando en rueda de amigos, sentados en las larguísimas mesas que se habían instalado, paseando entre los artesanos, o eligiendo menú para luego, se pasó la tardecita.

La cerveza artesanal fue la sensación. Distintas variedades, para todos los con ese sabor especial de lo “hecho a mano”. Unos cuantos cerveceros que no paraban de servir, y los vasos que se trasladaban sosteniéndolos del borde, para que no se entibie.

Y los sabores del cerdo no se quedaron atrás. Hubo opciones para todos, con o sin papas, y también hamburguesas, y el infaltable choripán que acompaña cualquier festejo. Los chicos corrían, los padres charlaban.

Y puntualmente se largó el show. Y hubo también para todos los paladares. Lo abrió Melina Salvay, con una voz potente y melodiosa, haciendo honor a nuestro folklore.

El Ballet Distrital a cargo de nuestro Director de Cultura Rubén Ghio le siguió, con un bellísimo Homenaje al Inmigrante, donde se mezclaron ritmos y vestuario para recordar la gesta de los que nos trajeron a la Argentina, país de sueños y esperanzas. Buenísimo.

El reggae se hizo presente con Los delfines de Etiopía, que hicieron mover caderas y festejar con todo.

Para ese momento, ya todos tenían su bondiolita en una mano y una cerveza en la otra, lo que no impidió que bailaran en cuanto espacio hubo libre. Los peques iniciaron una guerra de nieve que también involucró a uno que otro adulto.

La Comisión atendía desde la cantina del Club, multiplicándose para que todos comieran y bebieran a tiempo. Los artesanos mostraban sus trabajos, había de todo, pulseras, elementos de decoración, accesorios.

Se fueron los delfines, y dejaron el mar a Los chicos piratas, que se lucieron como nunca. Todos bailaban, todos festejaban, todos se cruzaban con todos.

Y el cierre fue monumental: el mítico Cuarteto Imperial, una verdadera leyenda de la música tropical, recreó todos los temas que aún siguen sonando en todos los festejos, en radios y festivales.

La seguridad estuvo atenta y diligente, los organizadores no dejaron escapar ningún detalle. Todos la pasamos bien.

Gracias, Fortín, ¿cuándo se hace la Sexta?