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El Hogar del Anciano de Alem sopló doce velitas
Todo trabajo social es digno de mérito. Pero cuando va dirigido hacia nuestros mayores, uno siente que se cuenta doble. Porque son los que nos antecedieron, porque se sacrificaron, trabajaron toda una vida, criaron hombres y mujeres, cuidaron nietos, lo dieron todo y se merecen todo.
Por eso cuando vemos una obra municipal como la del Hogar del Anciano de Alem, nos enorgullecemos de pertenecer a un distrito que trabaja para que a los abuelos no les falte nada, en un entorno de comodidad y atenciones.
Son muchas las voluntades que se suman para que todo funcione bien. Desde las decisiones políticas y la gestión que lo hicieron posible, hasta el trabajo diario de atención y cuidado.
Así nos contaba la directora Virginia Villa el día a día en el Hogar:
-Los doce abuelos viven aquí, obviamente pueden salir y volver cuando quieran, ver a sus familiares. Hay una enfermera que está todos los días y les hace los controles y los acompaña. También trabajan mucho con nosotros los chicos de la Unidad Sanitaria, están siempre “al pie del cañón” por si se los llegara a necesitar.
-Tenemos distintas asistencias técnicas para los que quieran participar. Viene un profesor de educación física para que se “muevan” un poco, y hagan también algo de rehabilitación. Tienen yoga además. Les encanta hacer ejercicio y esperan con ganas a los profes. Hacen manualidades, conversan mucho. Lo pasan lindo, la verdad.
-Entre ellos también se llevan muy bien. Todas las mañanas después del desayuno, juegan a la lotería, por ejemplo. A la noche ven algo de tele, pero se van a dormir temprano, a las nueve de la noche ya están en la cama.
-Yo estoy muy feliz en este lugar. No sólo porque estoy en mi pueblo, sino también porque tengo una conexión muy especial con ellos, a mí los mayores me inspiran ternura, respeto, ganas de cuidarlos, de atenderlos. Los abrazo, los beso –ahora que se puede-. Para mí, esta es una experiencia lindísima.
-El Hogar lo inauguró Alberto Connocchiari y se mantiene permanentemente, gracias a las gestiones del intendente Ferraris y los diferentes funcionarios. Es prácticamente un hotel, las chicas que trabajan acá se esmeran porque todo esté limpio y los abuelos bien atendidos, es una tarea magnífica la que hacen. Yo veo que ellos las quieren, y eso lo dice todo.
-Esto es un trabajo, pero hay trabajos que se pueden hacer bien y listo… bueno, acá lo hacen excelente, porque le ponen amor y vocación. Siento un gran agradecimiento hacia todo el personal.
-Hoy tenemos un festival, con la asistencia técnica de folklore, Facu Ares con sus canciones, y por supuesto, chocolate, cosas dulces y como broche de oro, la torta de cumpleaños que compartiremos con todos los que colaboran con nosotros día a día, y con nuestros queridos mayores.
Y sí, la torta estaba riquísima, los chicos y grandes del folklore entretuvieron con sus danzas, se cantó, se bailó, se festejó a pleno… un día especial para gente especial.