Nuestro país tiene el privilegio de tener dos folklores: el que se armó con la mixtura de la cultura española de los colonizadores y los pobladores originarios, lleno de bailecitos alegres, pañuelos al viento, sutiles coreografías románticas y ritmos representativos de cada paisaje. Y el otro, el que surgió en Buenos Aires, acunado por el río marrón, la vida de los inmigrantes de todas partes que habitaban en pensiones y  forjaron una cultura simbiótica, con su inimitable 2x4 y la sensualidad de su baile. Se llama tango, y desde Argentina llegó a todo el mundo.

La Orquesta Romántica Milonguera es una banda compuesta por nueve integrantes, donde se combinan sabiamente las voces masculinas y femeninas, los bandoneones, el violín y el bajo, logrando un resultado inigualable. Así lo explican ellos mismos:
"Esto de reversionar el tango pasa por la onda de cada uno de los integrantes, sin olvidarnos del tango original, lo vamos mutando en cada oportunidad".

"A mí como cantante me gusta identificarme con las letras románticas, que nunca pasan de moda, y que suelen ser las que el público pide".

"En la orquesta somos nueve, pero a veces, cuando hacemos un show especial que se llama “Cabaret Vermouth” se suma una percusionista y bailarinas, y sumamos 17 personas".

"Viajamos mucho con la orquesta por todo el país y afuera, por supuesto".

"Nuestros ídolos particulares son también del tango: Gardel, Rubén Juárez, y otros tangueros".

"Los temas del repertorio los vamos armando según el público. Hoy se ha abandonado un poco esa onda nostálgica y triste que marcaba al tango, hay mucha gente joven que se suma, y eso va generando cambios".

Una banda clásica pero renovada, con mucho bolero en versión tango, con mucha solvencia en el escenario, que cautivó a todos. Aplauso fuerte para ellos.